Las gafas tienen un costo de 300 dólares
Por Brian X. Chen (Tomado de El Times)Brian X. Chen es columnista de tecnología de consumo y autor de Tech Fix, una columna sobre las implicaciones sociales de la tecnología que utilizamos.
20
de diciembre de 2023.- El autor de esta crónica hace un minucioso relato de lo
que representa para la vida cotidiana, la utilización de nuevas tecnologías, en
este caso las nuevas gafas de Meta con cámara incorporada, y describe…
Durante
las últimas semanas, he estado utilizando una cámara nueva para hacer fotos y
videos a escondidas de desconocidos en parques, trenes, tiendas y restaurantes.
(Prometo que todo fue en nombre del periodismo). No escondía la cámara, pero la
llevaba puesta y nadie se dio cuenta.
Estaba
probando las gafas Ray-Ban Meta de 300 dólares que el imperio de redes sociales
de Mark Zuckerberg acaba de lanzar en colaboración con el emblemático
fabricante de anteojos. Estos lentes de alta tecnología incluyen una cámara para
tomar fotos y videos, así como una serie de altavoces y micrófonos para
escuchar música y hablar por teléfono.
Según Meta,
las gafas permiten “vivir en el momento” y compartir con el mundo lo que se
está viendo. Por ejemplo, puedes transmitir en directo un concierto en
Instagram mientras ves la presentación, en lugar de sostener un celular. Es
un objetivo humilde, pero forma parte de una ambición más amplia de Silicon
Valley por alejar la informática de las pantallas de los teléfonos inteligentes
y las computadoras y acercarla a nuestros rostros.
Meta, Apple y Magic Leap han estado promocionando visores de realidad mixta que
utilizan cámaras para permitir que su software interactúe con objetos del mundo
real. El 12 de diciembre, Zuckerberg publicó un video en Instagram en el que
mostraba cómo las gafas inteligentes podían utilizar la inteligencia
artificial para escanear una camisa y ayudarle a elegir pantalones a juego. Las
empresas afirman que las computadoras faciales ponibles (wearables en inglés)
podrían con el tiempo cambiar nuestra forma de vivir y trabajar. De acuerdo con
Apple, que se prepara para lanzar el año que viene su primer visor de alta
tecnología, las Vision Pro de 3500 dólares, el objetivo final son lentes
inteligentes bonitos que realicen tareas interesantes.
En los últimos siete años, los visores han sido poco populares, en
gran parte porque son voluminosos y estéticamente desagradables. El diseño
minimalista de las gafas Ray-Ban Meta indica el aspecto que podrían tener algún
día los lentes inteligentes si triunfan (aunque otras gafas ligeras del pasado,
como las Google Glass de hace una década y las gafas de sol Spectacles lanzadas
por Snap en 2016, fueron un fracaso). Elegantes, ligeras y
satisfactoriamente modernas, las gafas Meta se integran sin esfuerzo en
la vida cotidiana. Nadie —ni siquiera mi editor, que sabía que estaba
escribiendo esta columna— pudo distinguirlas de unas gafas normales y todo el
mundo quedó felizmente desprevenido de haber sido fotografiado.
Después
de usar las gafas Ray-Ban Meta prácticamente sin parar este mes, me sentí
aliviado al quitármelas. Aunque me impresionó el diseño cómodo y elegante de
las gafas, me incomodaron las implicaciones para nuestra privacidad. También me
preocupa cómo las gafas inteligentes podrían afectar en general nuestra
capacidad de concentración. Incluso cuando no estaba utilizando ninguna de las funciones,
me sentía distraído mientras las llevaba puestas. Sin embargo, el principal
problema es que las gafas no hacen mucho que no podamos hacer ya con los
celulares.
Meta
afirmó mediante un comunicado que la privacidad fue una prioridad a la hora de
diseñar las gafas. “Sabemos que, si queremos normalizar las gafas inteligentes
en la vida cotidiana, la privacidad tiene que ser lo primero y estar integrada
en todo lo que hacemos”, dijo la empresa.
Me
puse las gafas y tomé cientos de fotografías y videos mientras realizaba todo
tipo de actividades de mi vida cotidiana —trabajar, cocinar, hacer senderismo,
escalar, conducir un auto y andar en patineta— para evaluar cómo podrían
afectarnos las gafas inteligentes en el futuro. A continuación, mi experiencia.
Mi
primera prueba con las gafas fue usarlas en mi gimnasio de escalada, para
grabar cómo maniobraba por las rutas en tiempo real y compartir los videos con
mis amigos escaladores.
Me
sorprendió comprobar que mi escalada, en general, fue peor de lo normal. Al
grabar un intento de ascender, me equivoqué al mover los pies y me caí. Fue
decepcionante porque había escalado con éxito la misma ruta antes. Tal vez la
presión de grabar y transmitir una escalada sin problemas me hizo hacerlo peor.
Después de quitarme las gafas, completé la ruta.
Esa
sensación de distracción persistió en otros aspectos de mi vida cotidiana. Tuve
problemas para concentrarme mientras conducía el auto o andaba en patineta. No
solo esperaba de manera constante la oportunidad de grabar un video, sino que
el reflejo de los faros de otros autos emitía un efecto estroboscópico azulado
a través de las lentes de las gafas. El manual de seguridad de Meta para las
Ray-Ban aconseja mantener la concentración mientras se conduce, pero no
menciona el resplandor de los faros.
Mientras
trabajaba en la computadora, las gafas me parecían innecesarias porque rara vez
había algo que mereciera la pena fotografiar en mi escritorio, pero una parte
de mi mente se sentía constantemente preocupada por esa posibilidad.
Ben
Long, profesor de fotografía en San Francisco, se mostró escéptico ante la
premisa de que las gafas Meta ayuden a las personas a permanecer presentes.
“Si
llevas la cámara contigo, de inmediato ya no estás en el momento”, afirmó.
“Ahora, te preguntas: ¿esto es algo que puedo presentar y grabar?”.
Para informar a las personas de que están
siendo fotografiadas, las gafas Ray-Ban Meta incluyen un diminuto LED
incrustado en la montura derecha para indicar cuándo el dispositivo está
grabando. Cuando se toma una foto, parpadea un momento. Cuando se está grabando
un video, se ilumina de forma continua.
Mientras
tomaba 200 fotos y videos con las gafas en público, incluso en trenes BART, en
rutas de senderismo y en parques, nadie miró el LED ni me preguntó por él. ¿Y
por qué iban a hacerlo? Sería de mala educación comentar las gafas de un
desconocido y mucho más mirarlas fijamente.
El problema de la vigilancia generalizada no es especialmente nuevo. La ubicuidad
de los teléfonos inteligentes, las cámaras en los timbres de las puertas y las
cámaras en los tableros de los autos hace que sea probable que te graben adonde
vayas. Pero Chris Gilliard, experto independiente en privacidad que ha
estudiado los efectos de las tecnologías de vigilancia, afirmó que lo más
probable es que las cámaras ocultas en las gafas inteligentes permitan a los
malos actores —como las personas que toman fotos furtivas de otros en el
gimnasio— hacer más daño.
“No
hacen posible algo que era imposible”, explicó. “Pero hacen fácil algo que era
menos fácil”.
Albert
Aydin, portavoz de Meta, señaló que la empresa se toma en serio la privacidad y
ha diseñado medidas de seguridad, incluyendo una tecnología de detección de
manipulaciones, para evitar que los usuarios tapen el indicador LED con cinta
adhesiva.
En
otras situaciones mundanas, las gafas Ray-Ban Meta me afectaron de maneras
extrañas. Cuando estuve a punto de cruzar un camino de entrada en mi
vecindario, vi que un automóvil comenzaba a dar marcha atrás. Mi reacción
inmediata fue presionar el botón de grabación en caso de que necesitara
capturar al conductor actuando de manera irresponsable. Pero cedió
apropiadamente y crucé, lo que me hizo sentir avergonzado.
Aunque
las gafas Ray-Ban Meta no me hicieron sentir más presente o más seguro, fueron
buenas para capturar un cierto tipo de fotografía: los momentos de la vida que
normalmente no grabaría porque mis manos estarían ocupadas.
Es
fácil imaginar algunas aplicaciones que podrían hacer masivo el uso de las gafas
inteligentes. Por ejemplo, un teleprompter holográfico que muestre los temas de
conversación en el rabillo del ojo mientras se hacen presentaciones sería
genial. Tanto si ese producto lo desarrolla Meta como si lo hace Apple, que
espera fabricar gafas inteligentes después de su visor Vision Pro, ese futuro
no parece muy lejano.
Fuente: Tomado de El Times
Ajuste
de contenido y diagramación: bersoahoy.co