El sistema se denomina
ShotSpotter y es diseñado por Mountain View, California con sede en SST Inc. Se
compone de sensores que escuchan el sonido de un arma de fuego y determinan
dónde está el origen mediante la triangulación de la intensidad del sonido en
diferentes puntos. Después de la inyección se recogen, los datos, se envían a
un "Centro de Revisión de Incidentes", que calcula con mayor
precisión si el disparo fue hecho, antes de pasar la información a los
despachadores del 911. La compañía afirma que el sistema tiene un alcance de
hasta 2.000 metros para los sensores.
Además acaba de señalar la
ubicación de un arma de fuego, la clase de metal como acero inoxidable y dice que puede recoger
datos sobre el volumen y la frecuencia de los disparos, permitiendo a las
agencias de aplicación de leyes para orientar sus esfuerzos a ciertos barrios
de una ciudad. Además, puede ayudar a proporcionar la evidencia para su uso en
procesos judiciales.
La empresa hizo una
presentación ante funcionarios de la ciudad el pasado Jueves, y sin embargo no
hay pronunciamiento todavía sobre si en
ella se adopte. La compañía dice en las diapositivas de su presentación que el
sistema costaría unos US $ 40.000 a $ 60.000 por kilómetro cuadrado.
No todos los lugares han
arrojado éxito en el proceso
experimental; en New Haven, Connecticut,
el sistema ShotSpotter ha sido criticada por los falsos positivos y por no
recoger a tiros en el primer lugar. Para hacer frente a esto, la compañía dijo
que tendría que redirigir los datos del sistema para que se haga más confiable,
a la SST para su análisis antes de ser enviado al centro de la 911, a
diferencia de la propuesta en Seattle el sistema en New Haven fue el envío de
datos al centro de la 911 primero.
A través de Geekwire
Imagen: SST Inc.
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