lunes, 10 de agosto de 2020

Colombia tendrá primer Radio-Observatorio: UIS


Dirección de Comunicaciones UIS

Bucaramnanga.- Nace en la UIS el primer proyecto CaSiRI que permitirá caracterizar los sitios candidatos a radio observatorios y así ubicar con exactitud los denominados “cielos silenciosos”.

Colombia debe hacer todos los esfuerzos posibles para integrar la red de observatorios que a nivel mundial se encargan de estudiar el universo a partir de señales de radio. Así lo aseguró el profesor e investigador de la Universidad Industrial de Santander, Julián Rodríguez Ferreira, quien lidera la construcción y puesta en marcha de ese sistema.

Según el profesor e investigador de la Escuela de Ingenierías Eléctrica, Electrónica y Telecomunicaciones (E3T) y director del grupo de investigación CEMOS, gracias al sistema CaSiRI el país podría estar a un paso de encontrar el lugar con las condiciones necesarias para la construcción del primer observatorio colombiano profesional de alta montaña para el desarrollo de  radioastronomía, un espacio para el estudio del universo gracias a las señales contenidas en el espectro radio-eléctrico que provienen desde diferentes cuerpos celestes y eventos cósmicos. 

Así como en la astronomía del visible se buscan sitios con cielos despejados, altos, con pocas nubes y muy baja humedad; la radioastronomía requiere que además los sitios sean “silenciosos”, es decir que en el lugar las señales de radio circundantes de origen humano sean lo más débiles posible o que idealmente que no existan.

“La dificultad se manifiesta cuando uno entiende que todos los servicios comerciales como la radio, televisión, telefonía móvil, enlaces satelitales etc. comparten las mismas bandas espectrales en las cuales están las señales que nos vienen del universo, solo que son millones de veces más potentes. Por eso debemos evitarlas al máximo, como no se ven, debemos detectarlas con las antenas”, aseguró el profesor UIS.

¿Cómo funciona CaSiRI?
CaSiRI es un laboratorio móvil que se transporta fácilmente a partir de un remolque. Está conformado por una serie de antenas y un rotor que permiten capturar las señales de radio de los servicios comerciales en diferentes direcciones; incluye también una cámara que toma imágenes de todo el cielo las 24 horas y una estación meteorológica que estudia las diferentes variables atmosféricas como temperatura, presión, humedad, radiación solar y velocidad del viento.

Todas estas señales son enviadas por medio de cables especiales a un dispositivo de radio que las amplifica y las filtra, además las digitaliza para su posterior análisis. Estos datos son almacenados en un servidor que ejecuta el software de reducción y análisis de datos. El sistema funciona de manera autónoma y manual y se puede controlar a distancia. De igual manera, cuenta con una versión simplificada y portátil que permite hacer un primer sondeo rápido de los sitios.

De llegarse a considerar un sitio que cumpla con todas las condiciones para un radio observatorio, se procede a instalar el sistema completo contenido en un tráiler, el cual se deja allí varios días adquiriendo datos que luego son analizados por el equipo de científicos.

Una travesía científica afectada por la pandemia
Antes de llegar la pandemia, los investigadores y profesionales realizaron salidas de campo para el estudio de sitios posiblemente candidatos ubicados en el Páramo de Santurbán, el Parque Nacional Nevado del Cocuy y en la Laguna de Tota. También se elaboraron documentos para la Agencia Nacional del Espectro que orientan la regulación y política para el desarrollo de la radio astronomía y demás servicios científicos en nuestro país.
 
“La experiencia ha sido muy valiosa, primero porque nos permitió aprender a usar nuestro propio dispositivo en campo, tarea bastante compleja dadas las condiciones extremas que un trabajo de este tipo implica, pasar días y noches a la intemperie, cruzar trochas a pie y lomo de mula para llegar a sitios recónditos. La satisfacción está en lo aprendido y lo vivido, salir del laboratorio e interactuar con la comunidad es sumamente valioso”, comentó el profesor Julián Rodríguez.

La última parada de CaSiRI fue en el Páramo de Berlín, allí permanece estacionado a la espera del paso de la pandemia para volver a recorrer el territorio nacional en búsqueda del anhelado cielo silencioso, en el que por primera vez se pueda hacer posible el sueño del primer radio observatorio colombiano.

“Por ahora el estudio nos permitió identificar una zona cercana, la vereda Saladito de Tona, como primer candidato para la radioastronomía de bajas frecuencias (50-250 MHz). En el Nevado del Cocuy se identificaron sitios que debemos seguir estudiando y fundamentalmente, requerimos continuar con la caracterización de otros lugares en el país”, agregó el profesor Rodríguez.

Un esfuerzo articulado de apasionados por la astronomía
Además del profesor Julián Rodríguez Ferreira, este proyecto cuenta con el respaldo de profesores de la Escuela de Ingenierías Eléctrica, Electrónica y Telecomunicaciones (E3T), como Homero Ortega Boada del grupo de investigación RadioGis; Óscar Reyes, del grupo de Investigación en Conectividad y Procesado de Señales – CPS; Edison Andrés Soto Ríos del grupo de investigación Gisel; Efrén Acevedo y el profesor de la Universidad de Antioquia, Germán Chaparro Molano.

El proyecto también ha vinculado a egresados UIS, estudiantes de pregrado de Ingeniería Electrónica y estudiantes de Maestría en Telecomunicaciones.  Además, cuenta con la invaluable colaboración científica de los profesores Ricardo Bustos de la Universidad Católica de la Santísima Concepción de Chile, Oscar Restrepo de la Universidad de Chile, y Joan Montanyà de la Universidad Politécnica de Catalunya.

El respaldo de la Agencia Nacional del Espectro ha sido vital para el desarrollo del mismo, así como el apoyo en materia de recursos y logística por parte de la Universidad Industrial de Santander a través de la Vicerrectoría de Investigación y Extensión y todo su equipo de trabajo.

“La astronomía vive una época importante en nuestro país, ya somos una comunidad creciente de astrónomos profesionales que trabajamos en Colombia y en instituciones internacionales. Necesitamos de observatorios profesionales operando en todas las regiones del espectro electromagnético para formar las nuevas generaciones de profesionales y al mismo tiempo necesitamos ser atractivos para que otros países inviertan en infraestructura acá. Para que esto suceda, debemos hacer parte de las colaboraciones científicas internacionales de grandes proyectos. Ese camino es largo y comienza con estos primeros pasos”, concluyó el profesor e investigador Rodríguez Ferreira.
Fuente: Prensa cd la UIS.
Ajuste de contenido y diagramación: bersoahoy.co

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